La Heladería Coppelia Arriba a Sus 50 Años

La emblemática Heladería Coppelia, ubicada en el corazón de La Habana, arriba a su cumpleaños 50 con una imagen y una carta de ofertas muy distintas a la que sus clientes disfrutaron en 1966.

La llamada Catedral del Helado se yergue diagonalmente opuesta al Hotel Habana Libre, en la esquina de 23 y L, en La Rampa habanera.

El moderno edificio en forma de araña, inaugurado el 4 de junio de 1966, fue un símbolo para generaciones de habaneros, que lo identificaron como centro de reunión, esparcimiento y disfrute.

Pero el Coppelia de hoy es muy distinto en cuanto a lo que ofrece.

Tanto las instalaciones como la oferta de sabores de helados, que alguna vez superó los 120 sabores, han sufrido el desgaste del tiempo y la desidia.

Las cámaras de Telemundo 51 recorrieron la famosa heladería y tomaron opiniones de algunos de sus clientes.

Un solo sabor, helado de coco, aparecía en la carta de ofertas durante una de las visitas. El descuido de las paredes, los mostradores y los baños es también visible.

Los habaneros, sin embargo, persisten en no perder el Coppelia como punto de encuentro.

La Heladería Coppelia fue concebida por el arquitecto Mario Girona, en colaboración con sus colegas arquitectos Rita Maria Grau y Candelario Ajuria. En el sitio donde fue levantada estuvo funcionando Hospital Reina Mercedes, entre 1886 y 1954, cuando fue demolido con la intención de levantar otro hospital.

Pero por la ubicación del terreno, se decidió entonces levantar allí un rascacielos de 50 pisos, pero hubo demoras en la concepción del proyecto y llegó la revolución de Fidel Castro, en 1959.

Primero se edificó el Parque INIT, una estancia turística con lago artificial, escenario flotante,  cafetería, bar y  restaurante. El parque funcionó un año y fue desactivado hasta que en 1966 se ideó la construcción de la heladería, con el impulso de Celia Sánchez Manduley, figura de máximo poder dentro del gobierno revolucionario.

La heladería tomó el nombre del mítico personaje dell ballet clásico Coppelia, en momentos en que el Ballet Nacional de Cuba (BNC) vivía un momento de esplendor bajo la conducción de la bailarina Alicia Alonso.
 

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