Aferrados a la esperanza de encontrar sanas y salvas a sus seres queridos, la familia de Liliana Moreno y su hija Daniela abrieron las puertas del apartamento donde ambas vivían en Doral.
Fue desde allí de donde la madre colombiana y su hija de 8 años desaparecieron hace tres semanas.
“ Cuando yo ingreso ahí había una tabla con una pechuga de pollo, aquí había un arroz ahí había un sartén con una mantequilla y un guiso”, cuenta Yamileth Moreno, hermana de Liliana.
Según Yamileth, el apartamento de su hermana y su sobrina quedó intacto desde la última vez que ambas estuvieron allí, en la mañana del pasado 30 de mayo.
“Realmente todo era aquí en la cocina donde habían quedado las cosas que mi hermana estaba haciendo, pero todo estaba puesto como ella lo dejo, sus cosas de la oficina..”, agregó Yamileth.
Entramos en al cuarto de la pequeña Daniela, quien tocaba el chelo. El instrumento está al lado de su cama, al igual que sus juguetes favoritos.
“Entrar en el lugar y decir, aquí estuvo mi sobrina dónde estará ella, en qué situación está ella, cómo está durmiendo, qué está comiendo, pensando.. “, manifestó, Eduardo Moreno, hermano de Liliana.
Según documentos de la corte, Gustavo Castaño, padre biológico de la menor, es sospechoso en el caso de la desaparición de Liliana y Daniela. Castaño le confesó a las autoridades que el pasado 30 de mayo él estuvo en casa de Liliana y de ahí los tres se fueron en su auto.
Supuestamente tuvieron después una fuerte discusión y ella lo rasguñó en el brazo derecho. Entonces Castaño, de acuerdo a su relato, las dejó a un lado de la carretera y no las volvió a ver más.
