Lindsey McFarland provocó titulares a nivel nacional en marzo, luego de recibir el primer trasplante de útero en los Estados Unidos.
Se esperaba que a través de este método, ella pudiera tener la oportunidad de ser mamá biológica.
Pero dos semanas después de la cirugía, la incisión de la mujer comenzó a sangrar, y los doctores le informaron a su esposo, Blake McFarland, que removerían el órgano para no arriesgar su vida.
Los médicos anunciaron el viernes que una infección fúngica en la vagina había detenido el flujo de la sangre al útero, resultando en complicaciones potencialmente mortales.
“Va a pasar mucho tiempo antes de que pueda asimilar esto, porque mis esperanzas eran grandes”, dijo Lindsey.
El desenlace causó que el programa experimental de la Clínica de Cleveland diera un paso atrás, por lo que, por ahora, no procederán con otro trasplante.
Sin embargo, la pareja no se arrepiente de haberlo intentado.
El matrimonio tiene 3 hijos adoptivos, pero desea uno biológico.